El viaje inútil - Camila Sosa Villada

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“Imaginen un adolescente despuntando al mundo, que elige renunciar a la vida familiar y lo hace desde todos los flancos, renuncia en todos los puntos cardinales, en todas las dependencias y a todas las costumbres. Elige esa imposibilidad, esa renuncia. Y el deseo se sostiene en la escritura. Así era yo en ese entonces. Enferma de rebeldía. Mirando siempre hacia adentro. Enamorada de lo imposible.”

A veces, se me hace difícil escribir sabiendo que alguien me va a leer. Se me hace difícil la idea de poner palabras en un documento sabiendo que alguien, algunos ojos tercos y severos, podrían decidir que las comas que puse son incorrectas y nunca más debería escribir. Que mis ideas son tontas, que mis versos no tienen sentido, que mi forma de recitar desvaría y desvincula el objeto artístico del método. Que no tengo forma, no tengo color, no tengo ritmo. Que las palabras que uso para intentar que la gente lea algo que me gustó, una novela, un libro, un poema, o simplemente miren una película, no sean suficientes. Pero, ¿qué más soy, sino escritura?

Hay libros que llegan a tu vida y la cambian. Frase cliché, lo sé. Algo que llega por arte de magia y cambia tu forma de ver el mundo y antes de leerlo eras un algo y ahora sos un alguien. Un libro, unas palabras, unas páginas que calaron en lo más profundo de todo lo que alguna vez pudiste ser, y lo transforma, más que en potencial del poder ser, en la realidad de ser algo. Hay libros que se sienten como que llegaste al borde de un precipicio y sólo te queda saltar. Abrir los brazos y rezar que sirvan como alas.

El viaje inútil es uno de esos libros. Es una de esa serie de páginas que se sienten tanto como cachetadas y como abrazos. Lo lees y decís, claro, Camila Sosa Villada lo escribió para ella; pero también lo lees y decís, yo lo tenía que leer. Era yo la persona que tenía que sentarse con este libro entre mis manos, una tarde de enero con cuarenta grados de sensación térmica, y sentir cómo golpea cada parte de mi cerebro. Sentir como las palabras salen del papel y se dirigen hacia mí específicamente. Cómo, al final del día, la escritura es un poco lo mismo para todos: una manera de reinventarnos, recrearnos, entendernos y sobrevivir.

“Escribo y borro, como antes escribía y tiraba a la basura lo escrito. Eso es tan lindo. Tan lindo es destruir lo escrito porque una tiene la sensación de estar destruyéndose a sí misma. Yo le digo un viaje inútil, lo que está en la cabeza y no puede ser escrito. La vida que no se escribe.”

En El viaje inútil, Camila Sosa Villada parte de recuerdos de la infancia, de las primeras lecturas con mamá y las primeras letras escritas con papá, para justificar y explicar su camino de la escritura. De dónde surge la escritura, de dónde surge esa compulsión por dejar lo que se carga dentro (sentimientos, identidades, modos de escape, modos de vivir) inmortalizado para que cualquiera pueda leerlo y accederlo. Pero, más que nada, para dejarse salir. Escribir para que la historia que una carga salga de lo más profundo y se sepa, para acabar con la idea, el mito, el tabú, la censura. Escribir, nada más y nada menos, que para vivir: porque sin escritura, ¿dónde me creo? Sin escritura, ¿cómo entiendo, inmortalizo y proceso mi vida?

Es imposible no sentir cómo la voz de Camila te atraviesa. Se siente cercana como si, en cierto punto, sin perder de vista la individualidad y lo distintivo de su propia voz, se atravesase con la del lector. Poco a poco, todo lo que alguna vez pensaste y sentiste sobre la escritura tiene sentido, porque Camila logra ponerlo en palabras; cada duda, cada vacilación, cada catársis y cada amor y desamor y destrucción y resurgimiento. Cada vez que nos amigamos o nos enamoramos de la escritura, cada vez que tuvimos que alejarnos; no hay recetas, Camila solo habla de su experiencia personal y como eso nos va marcando que todo lo que hacemos, al final, está bien. Lo que importa es escribir, no importa cuanto ni como ni cuando. Lo que importa es hacerle caso al impulso interior que te grita que, si no escribís, morís. Es como si, a través de las páginas, Camila se fuese salvando y, de paso, nos salva a quienes la leemos.

“Incluso cuando ya nada de eso tiene sentido, cuando he olvidado a los que me hicieron daño, cuando las agresiones ya no tienen rostros que las ejecuten, es preciso decir esa aventura, para que se sepa. Estoy en esta parte de la historia en que las travestis recuperamos la voz y es necesario usarla. Volver a usarla. Decir el precio que se puso a mi libertad y mi deseo y que yo pagué con lo que tuve a mano: mi cuerpo.”

Si bien no es un libro que, en apariencia, apunte a dar recetas de escritura (no es un libro clásico donde los autores den sus recetas para conseguir el ‘éxito’, cómo escribir cincuenta mil palabras al día es la única forma de triunfar, etc), Camila nos nutre de su experiencia, su camino, sus caídas y levantadas, cómo todo lo que la ha interpelado en la vida, que se mete en su escritura y la convierte la autora que es hoy. Sin embargo, cualquier persona que escriba (o que se dedique a cualquier tipo de proceso creativo) puede sacar muchísimo provecho de esta lectura. Sosa Villada toma los miedos de cualquier artista y los pone sobre la mesa como algo normal: el rechazo de tu propia obra, el cambio con el paso del tiempo, la pérdida de un estilo anterior y el temido “bloqueo de escritor”, esos momentos de vacío donde parece que el arte no es tan fácil de alcanzar como parecía antes. Camila desmitifica todas estas situaciones, clásicas en la vida de cualquier persona que se vea interpelada por la escritura, y las plantea como situaciones normales, parte del proceso creativo mismo. Si no se quiere o puede escribir, no se escribe, y se sigue hasta que, en algún momento, se pueda escribir nuevamente.

En El viaje inútil, Camila Sosa Villada toma a la escritura por las astas y, con cariño, la descompone. La analiza, la estudia, explora su propio camino y se encuentra con ella misma del otro lado. La escritura como un elemento más a la hora de sobrevivir y entender tu propia identidad y lugar en el mundo. Desde siempre, el arte y la escritura como el instrumento que usamos en la comunidad LGBT+ para crear ese espacio donde podamos entendernos, encontrarnos y abrazarnos. La escritura como objeto para desandar el camino de la identidad impuesta y poder armar aquel espacio de seguridad, donde podamos, como dice Camila, cobijarnos.

“Esas primeras imágenes del mundo que fueron mi familia, durante un período en el que no supe escribir y luego en el período en que tampoco sabía que eso podía escribirse, son las que sustentan esta relación con la escritura. Esta relación poco elegante que tengo con ella.”




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Floreana Alonso.Floreana es la más joven del grupo. Estudiante de la carrera de Letras en la UBA y escritora en ciernes. Es booktuber en su canal Floreana hablando sobre los libros que lee y contando sus experiencias con la literatura. Floreana es una chica acostumbrada a escribir sobre otros, sobre personajes inventados que existen sólo en lo más profundo de su cabeza o en las palabras que se le escapan de entre los dedos, por lo que las autobiografías siempre se le complican. Fue una de las seleccionadas para participar del Festival Clave 13/17 en Escritura Libre organizado por el Centro Cultural Recoleta en sus ediciones 2017 y 2018. Fue parte del ciclo Conexión Museo del MALBA en 2018. Dicta talleres literarios para adolescentes. Entre sus escritores favoritos puede encontrarse a Alejandra Pizarnik, Julio Cortázar, Ocean Vuong, Sylvia Plath, Samantha Schweblin, Mariana Enríquez y Celeste Ng, entre otros. Notas de Floreana