• trenINSOMNE N° 30 - julio/septiembre 2023
• Jimena González Lebrero
• Libros/ Te recomiendo

Después de la pandemia de Coronavirus en 2019, se habló mucho de un cambio social, de la protección del medioambiente, de la urgente necesidad de mejorar las condiciones de salud y educación, sobre todo de los más pobres. ¡Ja! Cuentos de nuestros bisabuelos. La codicia y la estupidez humanas son dos tipos de virus que jamás serán erradicados del mundo y ambos nos llevarán a la destrucción final.

¿Hacia dónde estamos yendo? ¿Es el presente el futuro que te habías imaginado?

En el año 1989, se estrenó la segunda película de la trilogía Volver al Futuro, y los personajes viajan al 2015. La visión de ese año, ya pasado para nosotrxs, dista en gran parte con nuestro presente. No andamos en autos ni en patinetas voladoras, ni tenemos ropa de alta tecnología. Sí se pueden ver similitudes, como la comida rápida, los televisores de pantalla plana y los hologramas. La tecnología, inicialmente, se veía como gran facilitadora. Sin embargo, ya venían Orwell, H.G. Wells, Bradbury, Asimov, Le Guin y más advirtiéndonos de que la tecnología puede ser peligrosa si la humanidad sigue en el camino de la corrupción, la discriminación, y el hambre de poder y de dinero. Asimismo, en los últimos años se ha vuelto muy popular la literatura (y también el cine) que muestran mundos distópicos. No sé a ustedes, pero a mí, si bien disfruto mucho de leerlos, me asustan. El futuro así no es bueno. No solo nos matamos cada vez más entre nosotrxs, sino que además extinguimos todas las especies, agotamos todos nuestros recursos y destruimos nuestro planeta.

Es un futuro horrendo para cualquiera.

Esta vez, sin embargo, la catástrofe no sucede en Estados Unidos, ni en ninguna potencia europea, ni en ningún lugar en donde quizás de alguna manera se las puedan arreglar. En países del primer mundo, muchas cosas son siempre más sencillas. Los cuentos de Javier Suazo Mejía transcurren, como lo dice el título de la colección, en el tercer mundo, principalmente en países centroamericanos. Porque “el paraíso no es para todos”.

En Distopía: Cuentos de ciencia ficción del tercer mundo, la pandemia del Coronavirus funciona como disparador de un desencadenamiento de catástrofes que llevan a un apocalipsis: una gran variedad de virus, terrorismo, guerras de todo tipo, el agotamiento de recursos naturales, contaminación general con daños irreversibles y más. La iglesia católica sigue teniendo una fuerte presencia y sigue interviniendo en temas de Estado.

De la mano de esta destrucción masiva están la ciencia y la tecnología que han seguido creciendo y avanzando. La gente usa dispositivos de alta complejidad a diario, los robots son parte de su vida, se pueden proyectar hologramas de seres queridos que murieron, y ya hay asentamientos humanos fuera de la Tierra, en Marte y en lunas de Saturno. Sin embargo, la tecnología también facilita la constante conquista de tierras y la destrucción de culturas; hay robots esclavos, androides terroristas y guerras tecnológicas. Las plataformas para conocer gente y buscar pareja no dejan de estar en auge, claro. También mueren el anonimato y la intimidad. En los 18 cuentos que forman esta colección, Javier Suazo Mejía nos sitúa en contextos distópicos en países latinoamericanos, a donde nunca llega el futuro prometido. Las grandes potencias siguen haciendo lo mismo y los países más pobres y débiles quedan bajo su suela. Porque la corrupción es la base, el capitalismo no cae y la división de clases es eterna. Y el patriarcado sigue sin caer. Y como en una suerte de Black Mirror, los personajes serán víctimas del mundo que la humanidad misma ha creado.

¿Fue el COVID 19 una alerta y una oportunidad para hacer las cosas bien? Yo pienso que sí y también creo que así lo hace el escritor hondureño, porque a través de sus tramas, de las imágenes tan claras, del uso de intertextualidad y de analogías (muchas de ellas religiosas) parece estar diciéndonos que, a pesar de que sabemos qué es lo que hay que hacer, seguimos haciendo las cosas mal, una y otra vez.

¿Vos qué pensas?

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Jimena González Lebrero.Jimena González Lebrero nació en Buenos Aires en 1983. Es Licenciada en lengua y literatura inglesa, traductora, profesora de inglés y astróloga. Hace 14 años que se desempeña como docente en escuelas secundarias, y actualmente también trabaja como correctora y traductora freelance. Esbookstagrammer y maneja una librería virtual que fundó en honor a su mamá, Las Orquídeas de Dolores. Notas de Jimena

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