Nothomb por tres

Recordar lecturas que nos han marcado es una buena manera de volver a transitarlas
Amelie Nothomb



Hace ya varios años (en el 2008, según mi registro de lecturas) me encontré con Amélie Nothomb -con uno de sus libros mejor dicho- por primera vez. “Estupor y temblores” me desarmó. Hizo que mi ente se fraccionara y se volviera a armar varias veces a lo largo de la lectura. Y al final, luego de la última palabra, me declaré su admiradora. ¿Cómo, con una seguidilla de palabras, una persona podía generar en otra – a quien nunca había visto, ni siquiera sabía de su existencia- semejante efecto?



Pero el cataclismo interior que sufrí con tan maravilloso descubrimiento literario tuvo su contracara negativa: no volví a leerla hasta muchos años después. Sus palabras me llamaban, pero al mismo tiempo no me animaba a acercarme por miedo a ser desarmada nuevamente y no poder reconstruirme.

Pero llegó el año 2012 y con él la traducción al castellano de su novela “Una forma de vida”. Las numerosas críticas positivas –incluyendo medios que normalmente la ignoran o reducen sus obras a desechables- me hicieron caer. Pero este “gustarle a todos” tendría que haber llamado mi atención tratándose de Nothomb.

No voy a decir que es un mal libro (jamás me atrevería), está maravillosamente escrito, y tiene la novedad de ser ella –con nombre y apellido- la protagonista… pero de una obra de ficción. Quizás el recuerdo de “Estupor…” le haya jugado en contra, pero no tocó ni una sola fibra íntima de mi ser. Pasó por mí como una buena obra, pero una más entre otras.

Y decidí probar otra vez. No me resignaba a que la belga me hubiera sacudido una vez y que luego me dejara casi indiferente. Y así llegué a “Biografía del hambre”. Y otra vez el sacudón. En esta obra, Amélie Nothomb nos cuenta su vida como hija pequeña de un diplomático, que va cambiando de destino con cierta periodicidad. Sus sentimientos, sus emociones, sus descubrimientos. Y su hambre. Pero no de comida –salvo que sea un dulce- sino hambre de experiencias, de libros, de espacios, de placeres. Hambre de vida.

Sus desilusiones y desencantos que se convierten en situaciones apocalípticas y que dejarán marcas imborrables en su psiquis. Y, por sobre todo, sus relaciones con las mujeres más importantes de su vida, con las que tuvo relaciones tan íntimas y fecundas que la hicieron hacer y deshacer su vida, dándole las bases para su escritura.



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Soledad Hessel.Editora/Redactora de trenINSOMNE. Periodista. Siempre supo que las palabras eran lo suyo. Escribe y lee desde que recuerda y tiene una pasión por los libros como objetos de culto. Conductora del programa radial "A la vuelta de la esquina" por radio La Desterrada. Coordinadora del ciclo de lecturas on-line "Lecturas en el tren". Columnista de literatura y cultura en medios gráficos y radiales. Fue corresponsal del diario La voz de Santa Cruz y de la Revista En acción de La Plata en la Ciudad de Córdoba. Además, fue miembro del Comité de Redacción y Editora del Boletín de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de Córdoba. Notas de Soledad