Carson McCullers: un corazón solitario

Carson McCullers

Carson McCullers fue, y es, una de las grandes autoras norteamericanas que reflejaron la realidad del sur profundo. Leerla es adentrarse en lo mejor de la literatura contemporánea.

El 2017 fue un año lleno de homenajes para la escritora norteamericana Carson McCullers, ya que coincidieron el centésimo aniversario de su nacimiento (19 de febrero de 1917) y el de cincuentavo aniversario de su muerte (el 29 de septiembre de 1967). Personalmente tuve el placer de descubrirla hace ya diez años (mi propio aniversario redondo con la autora) a través de la antología que Seix Barral publicó en 2007 bajo el título “El aliento del cielo”.

McCullers es conocida, y reconocida, como una de las grandes escritoras norteamericanas, una de las que mejor logró retratar la vida cotidiana de los habitantes del llamado sur profundo. Con maestría y sencillez, Carson McCullers mostró la cotidianeidad, los miedos, las luchas y dolores de sus personajes, pero, por sobre todas las cosas, habló de amor. De amores profundos, esquivos. De la búsqueda y de la pérdida. De amor de pareja, de madre, de amigos, de amantes y de desconocidos. De amor.

Aquejada por una enfermedad crónica que la confinó en una cama durante gran parte de su vida, McCullers no dejaba de escribir y de buscar nuevos desafíos literarios, negándose a ser manejada por su enfermedad. Incluso, al ganar la beca Guggenheim su idea original era instalarse en México. Este destino fue desaconsejado -casi prohibido - por sus médicos, lo cual generó una gran frustración en la escritora, quien, a pesar de todo, se trasladó a la residencia de escritores de Yaddo donde siguió escribiendo.

Junto al amor y el desamor, encontramos en McCullers otros temas recurrentes como el abandono, la relación madre-hijo (donde la falta del vínculo emocional es una constante), los personajes extraños que son víctimas de acoso. Personajes queribles pero imperfectos, llegando incluso a ser miserables. En varias de sus obras podemos adivinar a McCullers como la narradora sin nombre detrás del personaje principal, al referirse a algunos hechos que marcaron, sobre todo, su infancia, utilizando como herramienta narrativa una mirada externa y contemplativa.

A pesar de ser ubicada en la larga tradición de escritoras que reflejan en sus obras la realidad de las ciudades y los pueblos de los estados del sur norteamericano, como Flannery O´Connor y Eudora Welty, la escritura de McCullers se separa de estas al poblar sus textos de dos características personales que la pintaban de cuerpo entero, dos cualidades que se meten en cada texto, entre las palabras y los signos: la pasión y el desborde. Nada en sus textos es frío, desapasionado, calmado. Sus historias son golpes certeros en el medio del cuerpo del lector, desestabilizan, sacuden, quitan el aliento, a la vez que hacen titilar, al final del camino, una luz de esperanza, que no siempre se alcanza.

Sus largas convalecencias le permitieron no sólo escribir, sino también atiborrarse de lecturas, formarse a través de los textos de otros, leyendo para escribir, escribir para ser leída, comprendida.

El 30 de abril de 1967 recibe, casi como una despedida, el prestigioso premio Henry Bellaman por “su formidable contribución a la literatura”. El 15 de agosto del mismo año sufre una hemorragia cerebral que será devastadora. Muere tras más de un mes y medio en coma, el 29 de septiembre.

Su vida fueron las letras, su relación con el mundo muchas veces fue a través de sus textos. Escritos como textos fundantes y fundamentales de su existencia. “No me gustaría vivir si no pudiese escribir…la escritura no es sólo mi modo de ganarme la vida, es como me gano mi alma”.



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Soledad Hessel.Editora/Redactora de trenINSOMNE. Periodista. Siempre supo que las palabras eran lo suyo. Escribe y lee desde que recuerda y tiene una pasión por los libros como objetos de culto. Conductora del programa radial "A la vuelta de la esquina" por radio La Desterrada. Coordinadora del ciclo de lecturas on-line "Lecturas en el tren". Columnista de literatura y cultura en medios gráficos y radiales. Fue corresponsal del diario La voz de Santa Cruz y de la Revista En acción de La Plata en la Ciudad de Córdoba. Además, fue miembro del Comité de Redacción y Editora del Boletín de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de Córdoba. Notas de Soledad