• trenINSOMNE N° 12 - enero/marzo 2019
• Soledad Hessel
• Te recomiendo / Cine

Veinte años después del fin de su relación Ronit (Assi Levy) y Ariel (Shai Avivi) se encuentran para almorzar. Ella viene a contarle que al momento de regresar a su ciudad luego de la ruptura estaba embarazada y decidió tener ese hijo. Un hijo -Adam- que dos semanas antes de este re encuentro murió en un accidente de tránsito. Esta paternidad impensada le hará re plantearse algunas de las decisiones que fue tomando a lo largo de su vida, y lo veremos actuar por algunos días a partir de esos replanteos.

Ariel viaja desde Tel Aviv donde vive hasta la ciudad donde Adam nació y pasó toda su vida para la ceremonia de despedida, en la cual -para su sorpresa- estará solo junto al rabino. A partir de ese momento comienza un recorrido buscando conocer a Adam a través de sus amigos, su escuela, intentando, de alguna manera, recuperar algo de ese hijo que llegó a su vida ya muerto.

Retitulada en castellano como “Descubriendo a mi hijo”, el título en inglés de la película es “Longing” que resulta mucho más representativo. “Longing” significa nostalgia, y nostalgia es la emoción que se percibe a lo largo de la película en muchos de los personajes, principalmente en Ariel. Nostalgia por una relación que no existió, por un hijo que nunca se conoció y una paternidad que no se ejerció. Nostalgia por lo perdido, por lo no alcanzado.

Como cada vez que hablamos de una película donde el actor israelí Shai Avivi forma parte del elenco referirnos a su labor es indispensable. Avivi construye una vez más (tal como lo hizo en la película de 2016 “Una semana y un día”) un padre que debe afrontar la muerte de un hijo. En “Descubriendo a mi hijo” no sólo debe hacerse a la idea de que ese muchacho está muerto, sino que debe, en primer lugar, reconocer y aceptar que fue padre. La construcción de un personaje que refleja sin tapujos el dolor en sus ojos y a la vez no tiene pudor con respecto a la brutalidad y la falta de consideración con la que enfrenta a quienes van cruzándose en su camino buscando lavar sus propias culpas, son algunos de los elementos que demuestran la versatilidad de este actor.

Con la profundidad que caracteriza sus obras, el director israelí Savi Gabizan lleva adelante esta historia de la cual también es guionista. Una película que sin golpes bajos pero si con la emoción a flor de piel acompaña a un padre dispuesto a descubrir a su hijo a través de las personas que lo conocieron, con quienes compartió vivencias y espacios. Un hombre con una vida hecha que busca construir una relación que nunca existió y tomar como propios los sentimientos y las anécdotas de aquellos que va cruzándose en esta búsqueda. ¿Pero qué hacer cuando esos recuerdos ajenos empiezan a resquebrajar la imagen impoluta y casi angelical que se ha construido? La desesperación se hace patente ante la idea de que su hijo no fue ese ser maravilloso que le describieron en un inicio y que decidió tomar ciegamente, para, finalmente aceptar y, en una escena que busca ser el cierre del dolor por la pérdida, reconciliarse y honrarlo.

Soledad Hessel.Editora/Redactora de trenINSOMNE. Periodista. Siempre supo que las palabras eran lo suyo. Escribe y lee desde que recuerda y tiene una pasión por los libros como objetos de culto. Conductora del programa radial "A la vuelta de la esquina" por radio La Desterrada. Coordinadora del ciclo de lecturas on-line "Lecturas en el tren". Columnista de literatura y cultura en medios gráficos y radiales. Fue corresponsal del diario La voz de Santa Cruz y de la Revista En acción de La Plata en la Ciudad de Córdoba. Además, fue miembro del Comité de Redacción y Editora del Boletín de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de Córdoba. Notas de Soledad